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Emilio Carral, montañés y anarquista.

Raúl de Santiago López

   Emilio Carral Arce (Santander, 1869-1926) fue un periodista y escritor cántabro de ideología anarquista. Relojero de profesión, se convirtió en una figura clave en el movimiento obrero cántabro de principios de siglo, destacando también por su actividad literaria y por su participación en numerosas iniciativas de gran importancia para la ciudad de Santander,  como la fundación del Ateneo Popular o de los bomberos voluntarios. Por desgracia, como tantos grandes hombres (y mujeres) de la historia de la ciudad, su nombre ha caído en el olvido. Es por eso que aquí realizo un pequeño esbozo de su biografía, tratando de recordar sus principales acciones.
El anarquismo, que había aparecido en la ciudad de Santander en los años 70 del siglo XIX por el impulso de la Primera Internacional, tenía todavía gran debilidad a finales de siglo debido a la mayor implantación del socialismo, que era la ideología dominante en la Federación Local de Sociedades Obreras. Sin embargo, en esta época apareció un movimiento libertario ligado a la facción más radical del Partido Federal, como el propio Emilio Carral, que en 1901 aún destacaba como uno de los miembros más radicales del partido en la ciudad[1]. De este modo se fundó en 1902 el seminario Adelante[2], que bajo el lema "Solidaridad y Ciencia", se dedicó a la difusión de las ideas anarquistas y a la divulgación científica de marcado carácter antiteísta[3]. Emilio Carral fue el encargado de administrar la publicación durante su año de duración, contribuyendo en gran medida con sus artículos al crecimiento del anarquismo en la ciudad, que para 1919 conseguiría hacerse con el control de la Federación Local.

En 1903 contribuyó al establecimiento  del Centro de Enseñanza Integral y Laica de Santander, un proyecto educativo racionalista y laico dirigido por socialistas y anarquistas, y que destacaba por su anticlericalismo y por la implantación de la educación mixta[4], siguiendo en gran medida la estela del proyecto educativo de Ferrer Guardia, la Escuela Moderna. Este tipo de actuaciones contribuyeron a convertirlo en la figura más relevante y reconocible del movimiento anarquista de la ciudad. Esta relevancia se demostró cuando, en 1902, los anarquistas cántabros lanzaron a los socialistas el reto de enfrentarse en un debate público. Los elegidos para representar sus respectivas posiciones fueron Isidoro Acevedo por parte socialista, y Emilio Carral del lado anarquista. El debate, que duró unas 5 horas, se produjo el 8 de diciembre de 1902, y a él acudieron más de 3.000 personas. El eco del enfrentamiento fue tan grande que llegó hasta el mismo Pablo Iglesias, quien en una carta enviada a Acevedo (futuro miembro fundador del Partido Comunista), lo felicitó por lo que los socialistas consideraron "un triunfo de su causa"[5]aunque no es posible conocer realmente el resultado del debate, ante la falta de testimonios. En 1909, frente una multitud de diversas adscripciones ideológicas, Carral proclamaba hablar en nombre “de los que no tienen más que una patria: la Humanidad, ni más que una religión: la ciencia”[6]. En esta época se convirtió en un orador habitual en los mítines republicano-socialistas, destacando por un ferviente anticlericalismo que enardecía a las masas[7]. Además, desempeñó en Santander el cargo de paquetero o corresponsal administrativo, que dentro del mundo anarquista llevaba a cabo una labor de recepción y distribución de diversas publicaciones entre particulares y asociaciones, tarea que debía llevarse en la clandestinidad. Se trataba de un trabajo desarrollado en un gran número de ciudades de España, como en Torrelavega, donde lo desempeñaba un tal Julio Roiz[8].
Posteriormente, Emilio Carral participó en la creación del Ateneo Popular de Santander en 1910, llegando a ocupar el cargo de presidente del mismo en 1914[9]. Durante aquellos años impartió varias conferencias sobre diversos temas, hasta que en 1916 el Ateneo cerró ante la competencia que suponía el nuevo Ateneo de Santander. También dos hijos suyos, Emilio y Libertario (éste último de 11 años) participaron en el Ateneo, tomando parte en las veladas literarias[11]. En 1926 el Ateneo Popular fue refundado, y Emilio Carral participó de nuevo en el proyecto, coincidiendo con figuras como el político Bruno Alonso, el cirujano Enrique Diego-Madrazo, o los escritores Jose María de Cossío, Gerardo Diego y Manuel Llano[12].

No obstante, Emilio Carral no destacó únicamente por su militancia libertaria, sino que fue una figura de gran importancia para la ciudad al participar en la fundación de los Bomberos Voluntarios[13], que surgieron en 1894 como consecuencia de la explosión del Cabo Machichaco, en la que murieron 500 personas, incluyendo a la mitad  de los bomberos de la ciudad. También fue un gran aficionado del folklore montañés, siendo el creador de los coros Orfeón Cultura y El sabor de la Tierruca. El primero surgió en 1912 como consecuencia del interés por el canto de algunos miembros del Ateneo[14]. Su primera actuación fue ante el alcalde, que quedó tan encantado que les dio permiso para cantar de día y de noche sin poder ser disueltos por la guardia municipal. Por otro lado, los coros El sabor de la tierruca fueron creados en 1924 por Carral y sus hijos debido a su afición por la canción montañesa, y gozaron de gran prestigio y popularidad en toda Cantabria, donde realizaron varias giras. El propio Emilio Carral escribió algunas canciones, como Retoño cántabro[17], y hasta se especula con la posibilidad de que fuese el autor de la famosa canción La fuente de Cacho[18].
Fue también destacada su labor literaria, siendo el autor de una novela y una obra de teatro. La novela, titulada Tenkia, y de ambiente ruso, fue publicada en 1911[19], y fue una obra clave en el desarrollo de una cultura popular en Santander, en oposición a la cultura burguesa, abriendo nuevos espacios creativos en línea con las nuevas demandas sociales[20]. La obra de teatro, 'El ocaso de los odios', se dividía en tres actos y tenía un alto contenido social. Su estreno tuvo lugar en el antiguo Teatro Pereda en 1905[21]. Se representó también, entre otras ciudades, en Vallecas en 1907 y en Vitoria en 1912, con el objetivo de reunir fondos para los presos[22], y hasta llegó a estrenarse en varios países sudamericanos como Brasil[23]. Durante la Guerra Civil esta obra se representó habitualmente en el Teatro Pereda de Santander, rebautizado por entonces como Teatro del Pueblo[24].
Emilio Carral murió en Santander el 29 de noviembre de 1926. Al día siguiente se publicó su necrológica en el periódico La Región, donde el escritor Federico Iriarte de la Banda escribió: "Su obra del Ateneo Popular, continuada por un viejo y unos jóvenes en El Parnasillo y la Academia Apolo, y que hoy resurge más potente en el nuevo Ateneo Popular bastaría a perpetuar su recuerdo, para todos, por su bondad, por su cultura"[25].
Un tiempo más tarde, el 11 de marzo de 1931, apareció una tribuna en La voz de Cantabria escrita por varios socios del Ateneo Popular. En ella se proponía al ayuntamiento que tanto Emilio Carral como Gabriel María de Pombo Ibarra, en su condición de "distinguidos montañeses" y fundadores del Ateneo Popular y el Ateneo de Santander respectivamente, recibieran cada uno una calle en el centro de Santander, para lo que proponían las calles Remedios y Lealtad. El texto, que nunca obtuvo respuesta oficial, decía de Emilio Carral que "representaba la democracia y el elemento popular; que por su cultura, su austeridad y una vida ejemplar, de abeja trabajadora, se captó el respeto y la admiración de todos los montañeses"[26]. Quizás no fuese mala idea recuperar el espíritu de aquella propuesta y premiar así a grandes figuras de la historia local. Especialmente en una ciudad que aún recuerda en sus calles a Emilio Pino o la columna Sagardía.



[1] DE LA CUEVA MERINO, Julio. Clericales y anticlericales. El conflicto entre confesionalidad y secularización en Cantabria (1875-1923), Universidad de Cantabria, Santander, 1994, pp. 111-112
[2]Ibídem, pp. 178-179
[3] MADRID SANTOS, Francisco. La prensa anarquista y anarcosindicalista en España desde la I Internacional hasta el final de la Guerra Civil, Universidad de Barcelona, Barcelona, 1989,  p.189
[4] DE LA CUEVA MERINO, Julio. Clericales y anticlericales… op cit., pp. 254-255
[5]BARRÓN, José Ignacio. Historia del socialismo en Cantabria (Los orígenes, 1887-1905), Partido Socialista de Cantabria, Santander, 1987, pp. 227-228
[6] DE LA CUEVA MERINO, Julio. Clericales y anticlericales… op cit, p. 178
[7] Ídem, p.144
[8]SORIANO, Ignacio C. y MADRID, Francisco. Bibliografía del anarquismo en España 1868-1939. Enriquecido con notas y comentarios¸2016,  p.29
[9] DE VIERNA, Fernando. Ateneo Popular de Santander, Centro de Estudios Montañeses, Santander, 2014, pp. 36-37
[11] Ibídem, p.35 y pp.222-225
[12] Ibídem, pp.172-173
[13] Ibídem, p.39
[14] LOBETE LÓPEZ, Daniel. La cultura tradicional cántabra en la ciudad de Santander (1918-1931), Universidad de Oviedo, Oviedo, 2012, pp.39-44
[17]DE VIERNA, Fernando. Ateneo Popular… op cit., p.180
[18] El diario montañés. ¿De quién es?  Disponible en: http://www.eldiariomontanes.es/20080227/deportes/racing/quien-20080227.html
[19] SORIANO, Ignacio C. y MADRID, Francisco. Bibliografía del anarquismo en España 1868-1939. Enriquecido con notas y comentarios¸2016, p.121
[20] SUAREZ CORTINA, Manuel. “Cantabria Contemporánea, 1893-1975”, en MOURE ROMANILLO, Alfonso, Cantabria, Historia e Instituciones, Universidad de Cantabria, Santander, 2002, p.127
[21] SORIANO, Ignacio C. y MADRID, Francisco. Bibliografía del anarquismo... op cit., p.121
[22] Ibídem, p.41
[23] El diario montañés. ¿De quién es?  Disponible en: http://www.eldiariomontanes.es/20080227/deportes/racing/quien-20080227.html
[24] SAIZ VIADERO, José Ramón. “Galdos bajo las bombas. Santander, 1936-1937”, en Actas del VI Congreso Internacional Galdosiano, Cabildo de Gran Canaria, Palmas de Gran Canaria, 1997, pp.1021-1022
[25] DE VIERNA, Fernando. Ateneo Popular… op cit., p.35
[26] Ibídem, pp.70-71

Comentarios

  1. Después de la espera veo que hay nueva entrada. Muy interesante la biografía de este señor y todo sus actuaciones que hizo. Gracias al autor por seguir dando luz a este tema que es un gran desconocido para la gente de hoy.
    Así que animo al autor a seguir trabajando y dando luz a este tema.

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  2. Necesaria evocación de uno de los representantes de la modernidad en un país que dejaba de ser montañés y comenzaba a ser cosmopolita. Lamentable que, 86 años después, siga sin existir una calle que preserve su memoria.

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